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nuestra historia

Esta historia comienza con el típico ‘erase una vez’. Por qué sí, los sucesos que vamos a mencionar han ocurrido una vez hace no mucho tiempo… Hace 6 años llegó de intercambio a Ayreeskas University, Lucille “Lucy” Dönitz. La muchacha en cuestión no era nada especial salvo que quizá su cándido carácter la hizo uno de los blancos más fáciles a las típicas bromas entre estudiantes, bromas que con el paso del tiempo se tornaron más y más pesadas llegando hasta el punto de que al menos la mitad de la Universidad se había hecho participe de estas. Aquello, sumado al hecho de que Lucy sentía las cosas mucho más personales que cualquier otro ser vivo al que le hubiese tocado, ocasionó que un día después de la “rutina diaria” ella se quitase la vida tirándose de uno de los edificios de la Universidad. Una muerte instantánea según los forenses. Por un tiempo, el estudiantado griego se sensibilizó y vistió de negro. Apenado ante tal tragedia, en más de una ocasión se manifestó en diversas campañas en contra del bullying… Sin embargo, aquello duró tanto como la buena decencia lo permitió. Después de todo, humanos somos todos y errar es humano. No obstante, siempre existe dicha persona que se encuentra más allá de lo ordinario, aquella que aislada de los grupos élite maquina mentalmente aquello que sus más oscuros anhelos desean realizar. Muchas veces por el rechazo que han sentido, muchas veces por venganza y otras por el puro placer de satisfacer aquella líbido y borrar la monotonía de su vida: P.R.A., como firma esta persona, se encarga de hacerles recordar a cada uno de los estudiantes de Ayreeskas University cómo es que trataron a “Lucy”, es la memoria de la universidad y aquella que se siente poco más que una diosa sedienta de venganza. Manipula, ridiculiza, apuñala… ¿Cómo lo hace? ¿No está loca acaso? ¿Quién podría hacerle caso a una loca y resentida social?… Todos sabemos cuánto vale la información, y más aún, cuánto vale que esa información se quede en la penumbra. ¿Cómo sabe aquello que no quieres que nadie sepa? ¿Cómo sabe aquello que nunca has dicho a nadie? Dicen que el dinero mueve montañas, que las paredes tienen oídos y que muchas veces las sábanas son más letales de lo que se piensa. Jugar el juego es esencial… ¿A quién no le agrade? Es libre de irse o quedarse a sufrir las consecuencias. P.R.A. no se hace problemas pero nosotros en tu lugar elegiríamos obedecer. A veces querer poner el sol dónde ya brilla otro es causar ceguera, una ceguera que mata. Pueblo chico, infierno grande.