✘Dzagoëva, Alexis .M | IDÉ.

19/ 681 años ▬ Conociendo mundo (?) ▬ Búlgara ▬ Heterosénsual

Descripción Psicológica:

▬Alexis, Alexis, Alexis como podríamos describirte... Comenzaré por decir que de risueña ésta chica tiene poco, si más no, en su época pudo haberlo sido, pero desde la transformación acabó, madurando y toda aquella inocencia que antes poseía, acabó desapareciendo. Eso si, de las fiestas que nadie la saque, todo lo que sea 'pasarlo en grande', acompañada por uno de sus amigos más fieles -el bourbón- hará que despierte su lado más salvaje y sensual.
Muy pocos amigos ha tenido en lo largo de su historia, si te dirige la palabra date por suertudo, pues algo bueno o malo, es que le cuesta mucho confiar en las personas. Es algo selectiva, en lo que se refiere a su grupo de amistad; juzga a toda persona, antes de conocerla.

Astuta, inteligente, y prespicaz como ella sola. Algo egocéntrica, e incluso irónica depende de en que situación nos veamos, puede que ese sea su lado más divertido.
Cruel, despiadada, a demás de vengativa y rencorosa, es algo que la pelirroja alberga. Si le has jugado alguna, ten por seguro que ella acabará devolviendotelo, el doble y puede que incluso el triple, de lo que le hayas hecho. Ha tenido muchas vivencias, de aquí podemos sacar el refran de: 'zorro viejo; huele la trampa'.

Respecto al amor, es algo que aún no ha podido hallar o puede que eso quiera creer, por qué es lo más fácil.

Historia Personal:

M. Alexis Dzagoëva, vividora y exploradora de mundo nata. Alexis ha visto, conocido y experimentado mucho mundo, pero dejadme que os sitúe.
Nacida como Milena Aleksandra Dzagoëva, hija de un leñador y una sirvienta del reino de Bulgaria. Por aquel entonces vivían en una provincia, llamada Varna. No es que tuvieran mucho dinero, pero tampoco se podían quejar, vivían muchisimo mejor, de lo que otros podían pensar. Eran personas humildes, buenas, todo lo que ganaban practicamente se lo daban, a su única hija.

Los años pasaron, y con ello la adolescencia de Alexis, se iba formando. Sus padres querian lo mejor para su hija, fue asi como a sus dieciséis años, dejaron que emprendiera su camino para conocer nuevo mundo, enviandola a Inglaterra.
La pelirroja aprendió a adaptarse, de una forma rápida y execelente. Pronto aprendió la cultura, y con ella el idioma del lugar.
Empezó a trabajar allí, cuidando de los animales, en una pequeña granja familiar. Gracias a sus servicios, le daban estancia, comida y además un sueldo. Todo le iba perfecto, no podía quejarse. Además recibía cartas de sus padres, explicandoles como les iba tanto a ellos, y ella les contestaba de igual forma.

Pero en una de sus salidas, celebrando su décimo noveno cumpleaños junto al joven de la casa, Balthazar, un joven apuesto de unos veintiún años, cabello negro como el carbón, y unos penetrantes ojos zafiro. Y su hermana, Elizabeth una chica hermosa, de su misma edad; recién cumplida, ojos grises y cabello como el anterior.
Alexis bebió demasiado, y era lógico que no se acordara de lo que pasó, lo más extraño aún es que no sabía donde se encontraba. Miró por la ventana, y todo lo que veía le resultaba familiar.
Se hallaba en Bulgaria.

Estaba muy feliz de estar en su ciudad natal, es más, justo era aquel el deseo que había pedido, por su cumpleaños. Bajó las escaleras, esperando encontrarles, a ellos, sus padres. Pero la casa estaba completamente vacía. Salió a la plaza, y pregunto a una vecina. Entonces ella le contó.
Se ve que su família hacía unos años, que estaba endeudada. Y que su madre, por el bien de ésta, traicionó al reino, robando joyas, una de las veces en las que se encontraba sola, haciendo sus tareas, y que gracias a eso, pudieron llevar a su única hija a Inglaterra.

Otra de las mujeres le advirtió de que huyera, pues a todo traidor se le castigaba en la horca. Alexis, sin saber que hacer se metió en su casa, lo más rápido posible y cogió lo indispensable, para prepararse para el largo camino que debería recorrer, sola. Pero era demasiado tarde; los guardías aporrearon la puerta, y Alexis fue arrestada. Y poco después colgada.

Algo no funcionaba, ¿por qué, no había muerto? Flashes, muchos de ellos, enseguida aparecieron en su cabeza. Pero debía escapar, debía de salir de la horca, lo más rápido posible. Así como pudo lo hizo, con dolor de cabeza, mareada... Lo que no entendía, era aquel hambre voraz que sentía.

Un olor delicioso apareció, y en un abrir y cerrar de ojos lo devoró. En cuanto se dío cuenta de lo que había hecho, lo comprendió. Ella era un monstruo, un ser mitológico, un vampiro. Huyó, lo más rápido que pudo. Y allí fue donde se reencontró con Balthazar, quien la había convertido. Y quien la ayudo a controlarse, y a convertirse en lo que ahora es. Comprendió que no todos los vampiros eran malos, al parecer ellos no.

Año 1356, tras un momento de debilidad, manteniendo sexo con su por entonces pareja, Balthazar. No controló su fuerza, e incluso su sed y acabó matando a las tres personas que vivian allí, su hermana, el novio de ésta, un simple humano y a él. Sorprendida pero horrorizada, de lo que había hecho, volvió a huir. Fue entonces cuando se encontro a Maëy, una chica recién convertida. Que le recordó a ella, y a quien sin más explicaciones quiso, ayudar.

Pasó exactamente un siglo, desde que Maëy y ella seguían su camino. Pero era hora de separarse, juntas habían conseguido controlarse, aprender lo bueno de la vida, divertirse. Asi pues ella emprendió su viaje a Nueva Orleans, una pequeña colonia Franco-Americana de Louisiana, Estados Unidos. Y ella, la vida de todo americano con sueño, Nueva York.

Actualmente, Alexis esta cansada de andar vagando por ciudades de America. Si que es verdad que le encanta Nueva York, y hacer lo que le plazca allí, creando nuevos seres con los que divertirse. Pero aquello, se le estaba haciendo aburrido, necesitaba una fiel compañera, necesitaba aún que no lo quisiera admitir, asentar la cabeza o... tal vez, no.

Tenía a una cierta bruja conocida, quien le hizo el anillo Lapislázuli para poder salir a la luz del sol, y quien le enseñó a protegerse de cierta planta, la verbena. Esta se encontraba en un pueblucho, de Virginia, llamado Mystic Falls. Y era hora de hacerle una visita.

¿Mystic Falls, le ayudará a Alexis a dejar toda la diversión a un lado, y asentar la cabeza o... traerá consigo más problemas?.